COMPLEJO VOLCÁNICO MARIFIL

Antecedentes

El Complejo Volcánico Marifil (Malvicini y Llambias, 1914;   nom.   transl.,   Cortés,   1981;   Giacosa,   1993)  corresponde  a las  volcanitas  mayormente  silíceas,   reconocidas en el  sector oriental  del  Macizo Nordpatagónico.   Las primeras menciones sobre estas rocas  se deben a Wichmann (1919, 1927b),  con  descripciones  petrográficas  de  Pastore  (en Wichmann,  1919);  Feruglio  (1949)  las  incluyó  dentro  de los  pórfidos  cuarcíferos,  o  serie  porfírica  de  la Patagonia   extraandina;   Croce   (1956)   describió   los afloramientos  de  las  zonas  de  Chipauquil  y  Pajalta; Stipanicic  y  Methol  (1972),  Núñez  et  al.  (1975)  y Llambías et al. (1985) consideraron aspectos relativo s a su edad y distribución regional.

Estudios  de  mayor  detalle  en  Valcheta  y  áreas cercanas,  completados  algunos  de  ellos  con  dataciones radimétricas  y  hallazgos  de  fósiles,  fueron  realizados por  Lizuaín  (1974),  Núñez  (1975),  Barreda  (1982)  y Caminos  (1983).    Las  descripciones  que  siguen  están basadas  en  las  observaciones  registradas  por  los  dos últimos autores

Litología y dístribución de los afloramientos

Las rocas del Complejo Volcánico Marifil afloran en los terrenos cortados por  los  arroyos  Valcheta  y  Pajalta.    Desde  allí  se extienden, con afloramientos mucho más amplios, hacia el sur y sudeste del área norpatagónica (Aguada Cecilio, Los Berros,  Pailemán,  Sierra  Grande,  Cona  Niyeu,  arroyo Verde), llegando hasta la costa atlántica.

Dentro de la zona de Vacheta pueden reconocerse los siguientes tipos litológicos:

1 Ignimbritas y lavas dacíticas

Los  mayores  afloramientos  de  rocas  dacíticas  se encuentran  inmediatamente   al   sudoeste   de   Valcheta, principalmente en la margen derecha del arroyo homónimo. Se  extienden  desde  la  estancia  Azconape  y  la  zona  de Macachín hasta las cercanías del puesto de P. Galván (o Galván del norte).  Componen un relieve de lomas bajas y formas redondeadas.  Asomos más pequeños aparecen al sur de Valcheta, en la margen izquierda del arroyo Pajalta. Tanto los tipos de origen ignimbrítico como lávico presentan  colores  oscuros,  verde  grisáceos  o  castaño rojizos, parduscos en las superficies meteorizadas.   Son rocas    compactas,    consistentes,    porfíricas,    con fenocristales generalmente pequeños (2-3 mm de diámetro) aunque numerosos.   En una muestra representativa de las dacitas  de  la  zona  de  Macachín  los  fenocristales constituyen el 55% del total; entre ellos se identifican andesina  (52  %),  cuarzo  (11  %),  biotita  (18 hornblenda (9 %) y augita (9 %).  El cuarzo es límpido, con extinción relámpago y formas euhedrales, redondeada o  engolfadas;  los  cristales  de  plagioclasa  son  eu-  o subhedrales, frescos, con zonalidad normal; los minerales ferromagnésicos presentan un grado avanzado de alteración química.  La matriz está totalmente desvitrificada en un agregado granofírico de cuarzo y plagioclasa.

Una variedad menos frecuente, observada también en esta zona (a un kilómetro al sur del Dique 1), contiene fenocristales de plagioclasa y hornblenda de gran tamaño (hasta  un  centímetro  de  longitud)  en  una  matriz  gris violada.    Estas  rocas  carecen  de  biotita,  pero  la plagioclasa es ligeramente más sádica (oligoclasa básica) y los cristales de cuarzo algo más abundantes (14 %); los anfíboles, euhedrales, están reemplazados totalmente por minerales opacos. En  su  mayoría,  las  dacitas  de  Macachín  pueden interpretarse  como ignimbríticas,  a juzgar por la gran extensión de los afloramientos, la presencia de fiammes y la existencia de posibles facies de conducto de erupción. Rocas de este último tipo se encuentran, por ejemplo, a unos 2,5 km al sudeste del Dique 1; son dacitas de color pardo  morado  que  presentan  un marcado  bandeamiento  de flujo en posición subvertical.

Rasgos aún más claramente ignimbríticos se destacan en  algunos  lugares  situados  al  oeste  de  Macachín;  en estas  rocas  el  grado  de  desvitrificación  es  menos avanzado   y   permite   detectar   una   fuerte   textura pseudofluidal,  con  gran  cantidad  de  fiammes  y  trizas vítreas, a veces deformadas y transformadas en listones. Ejemplos  de  este  tipo  pueden  observarse  a  unos  dos kilómetros al sur del puesto de P. Galván. Otras  rocas  del  mismo  sector  muestran  en  cambio mayores  evidencias  de  origen  lávico,  principalmente  un marcado   bandeamiento   de   flujo,   fino   y   paralelo, subvertical,  que  sugiere para estas dacitas una facies intrusiva o al menos de conducto de erupción.  Un ejemplo de  este  tipo  presenta  un  40  %  de  fenocristales, compuestos  por  plagioclasa  (62  %),  cuarzo  (17  %)  y biotita   (20   La   pasta   muestra   fluidalidad aparentenente verdadera y los fenocristales se encuentran ligeramente orientados.

Hacia el extremo oeste de la faja de afloramientos se  comprueba  además  una  leve  acidificación  de  las dacitas;  las  plagioclasas  son  ligeramente  más  sádicas, crece el porcentaje de cuarzo, aumenta la proporción de biotita, disminuye la hornblenda y desaparece la augita. Estratigráficamente,   las   dacitas   del   área   de Macachín  demuestran ser los componentes más antiguos del Complejo en este sector.   Descansan sobre el basamento metamórfico de grado bajo y son cubiertas por los mantos más ácidos, riolíticos y riodacíticos, de la secuencia. Una  relación  semejante  señala  Núñez  (1975)  en  los afloramientos  situados  al  naciente,  entre  Valchata  y Aguada Cecilio.   Pero puede haber recurrencias: en los asomos de la zona de Pajalta aparecen capas dacíticas no potentes, intercaladas entre los mantos riolíticos.

2 Ignimbritas y lavas riodacíticas y riolíticas

 Las rocas de este tipo asociadas esporádicamente con tobas constituyen la parte más potente y extensa de la secuencia  volcánica.   Dentro  de  éstas pueden separarse dos  conjuntos  que  difieren  entre    por  posición estratigráfica y rasgos estructurales.  

2a Riodacitas y riolitas inferiores

Afloran  estas  rocas  en  ambas  márgenes  del  arroyo Valcheta, desde Macachín  hasta poco al sur del puesto de G. Galván (o Galván del sur).  Se las encuentra también, al sur y sudeste de Valcheta, en el centro y norte de la zona de Pajalta. Son  volcanitas  de  colores  generalmente  claros, rosados,  a  veces  con  tonos  violados  o  grises  pálidos. Las  variedades  más  típicamente  ignimbríticas  presentan estructuras brechosas y/o lajosas, con pseudofluidalidad más  o  menos  desarrollada.   Forman,  en  general,  lomas bajas  y  de  relieve  suave.     Se  apoyan  sobre  las ignimbritas y lavas dacíticas. En la zona de Macachín   y al sur del Dique 1 se destacan  ignimbritas  riolíticas,  rosadas,  con  textura porfírica y abundante matriz afanítica, duras, compactas, con fiammes aislados; otras son marcadamente brechosas, con  numerosos  litoclastos  angulosos  de  riolitas  pardo-moradas y abundantes fiambres de hasta 4 cm de longitud. Más al sur, en los alrededores del puesto de G. Galván, formando paredones abruptos sobre la orilla derecha del arroyo Ualcheta, también afloran riolitas brechosas, con autolitos oscuros y angulosos de igual composición, que adquieren progresivamente fuertes rasgos ignimbríticos y partan numerosas fiammes; la textura pseudofluidal es muy evidente al microscopio, mostrando fiammes, fragmentos de pumicitas  y  trizas  vítreas  con  diferentes  grados  de deformación.  Hacia el este adquieren estructura lajosa y pasan a tabas finas bien estratificadas.

Sobre  la  margen  izquierda  del  arroyo,  desde  el puesto de P. Galván hacia el sur, también afloran mantos igaimbr íticos  de  estructura  lajosa  y/o  brechosa.  En algunos  niveles los autolitos alcanzan hasta 20 o 30 cm de diámetro; hay bancos delgados que presentan estructura esferulítica.  Los fenocristales, mucho más pequeños que los litoclastos,  miden  1-2  mm de diámetro;  constituyen alrededor  del  25  %  del  total  y  están  compuestos  por cuarzo,  ortosa,  plagioclasa y,  raramente,  biotita.   La composición  global  varía  entre  térmi  nos  riolíticos  y riodacíticos.  La matriz es felsítica, de colores rosados o  rojizos.    La  lajosidad  de  estas  rocas  presenta inclinaciones   suaves   (10   –   15  )   con   diferentes inclinaciones.   En algunos lugares se intercalan, entre los  mantos  ignimbríticos,  bancos  riolíticos  de  origen lávico.

3 Tobas

Estas rocas, arealmente las menos abundantes de la secuencia,  aparecen  como  bancos  relativamente  delgados intercalados  en  las  ignimbritas  y  lavas  riolíticas  y riodacíticas.    Afloran  en  distintos  lugares  de  ambas márgenes  del  arroyo  Valcheta,  desde  poco  al  este  del puesto de G. Galván hasta el Rincón de Chipauquil. La mayoría corresponden a tobas vítreas,  finamente estratíficadas,  de colores grises amarillentos claros a verdosos pálidos, que en algunos lugares pueden pasar a tonos rosados o rojizos.  La textura es porfiroclástica, con  clastos  de  alrededor  de  un  milímetro  de  diámetro envueltos en una matriz afanítica  porosa.  En una de las muestras   representativas   de   esta   litología,   los fenoclastos -vítreos, cristalinos y líticos- componen el 35  %  de  la  roca;  de  éstos,  el  60  %  corresponde  a vitroclastoa  angulosos  o  subredondeados  (la  mayoría pumíceoe  y  muy  porosos)  y  a  trizas  vítreas,  muy abundantes, desvitrificadas en agregados esferulíticos de cuarzo  y  feldespato.    Los  cristaloclastos  componen alrededor del 30 %, siendo la mayoría   de ortosa y el resto de oligoclasa sádica; los litaclastos son escasos. La matriz está parcialmente deavitrificada.  La porosidad as del orden del 20 %. Es común en este tipo de rocas la alteración clorítica y arcilítica.

En otra toba vítrea el porcentaje de porfiroclastos llega  al  67  %,  de  los  cuales  el  82  %  corresponde  a elementos vítreos y el 18 % restante es distribuye entre ortosa,  plagioclasa  y  escaso  cuarzo.    Las  numerosas trizas vítreas presentan formas muy variadas,  contornos curvos  y  aristas  afiladas,  ein  orientación  definida, aunque  en  ciertos  sectores  muestran  estiramiento  e isorientación,   formando   fiamos   que   les   confieren afinidades ignimbríticas.  La porosidad es da un 16%, con cavidades de formas irregulares a subcirculares. Las tabas líticas, menos frecuentes, de grano fino, contienen hasta un 60 %  de fenoclastos,  entre los  que predominan los de origen lítico (80 %), subredondeados a subangulosos,  correspondientes  a  volcanitas  porfíricas muy alteradas.  El resto se distribuye entre cristales de cuarzo,  ortosa,  plagioclasa  y  escasa  biotita  castaño oscura  muy  pleocroica;  no  hay  casi  vitroclastos.   Con estas rocas pueden asociarse bancos de tobas brechosas, con  numerosos  litoclastos  angulosos,  de  2-3  mm  de diámetro  (en  algunos  niveles  llegan  a  1-2  cm),  y estratificación  bien  marcada  por  la  alternancia  de niveles de distinta granulometría.

2b Riolitas y riodacitas superiores

Estas rocas afloran en los tramos superiores  y en las cabeceras de los arroyos Valcheta y Pajalta (Rincones de Chipauquil y Pajalta).   Se encuentran topográfica y estratigráficamente por arriba de las ignimbritas y lavas lajosas o brechosas descriptas previamente.

Son ignimbritas que se distinguen por su estructura generalmente maciza, porfírica, con fiammes o lentículas escasas  o  poco  visibles.   Presentan  colores  rosados  a rojizos, más oscuros en las superficies meteorizadas.  En estudios  anteriores  fueron  clasificadas  como  pórfidos (Croce, 1956).   Sus afloramientos constituyen las lomas más elevadas y abruptas del relieve.   En el  Rincón de Pajalta presentan un diaclasamiento columnar muy marcado.

Una  muestra representativa,  proveniente  del  Rincón de   Chipauquil,   está   compuesta   por   un   45   %   de fenocristales,  de  alrededor  de  4  mm  de  diámetro, distribuidos  entre  cuarzo  (42  %),  ortosa  (32 plagioclasa  (17  %)  y  biotita  (8  %).  Los  cristales  de cuarzo son subhedrales a anhadrales, a menudo con formas redondeadas  y  engolfamientos  profundos;  se  destaca  una fracción menor, formada por esquirlas angulosas.  Los de ortosa  presentan  formas  tabulares  y  un  alto  grado  de alteración principalmente arcillosa.  Los de plagioclasa, mejor  conservados,  tienen composición  oligoclásica.  Las láminas  de  biotita  muestran  fuerte  plaocroísmo  del amarillo   al   castaño   oscuro;   están   flexionadas, desflecadas y en gran parte reemplazadas por óxidos de hierro.   En la matriz,  parcialmente  desvitrificada,  se advierten   fantasmas   de   trizas   muy   deformadas   y transformadas  en  listones;  hay  evidencias  de  fuerte compactación con desarrollo de texturas pseudofluidales. Otros  ejemplares  de  la  misma  zona  muestra  pocas diferencias con respecto al anterior.   En ciertos casos loa rasgos ignimbríticos son reemplazados por texturas de caracter lávico, o por formas de transición entre uno y otro origen,  o por bancos con afinidades tobáceas.   Y aunque hay también niveles lajosos portadores de fiammes, y bancos brechosos con litoclastos riolíticos alojados en una matriz lávica o ignimbrítica, la estructura maciza no deja de ser el rasgo prominente en los mantos superiores de la secuencia. La  composición  riolítica  es  la  dominante  en  los afloramientos del Rincón de Chipauquil; hacia el norte se observa un aumento en la proporción de plagioclasa con respecto  a  la  ortosa,  con  lo  que  se  definen  tipos riodacíticos. Toda  la  serie  efusiva  se  encuentra  en  posición horizontal    o   levemente   basculada;    las    mayores inclinaciones  oscilan  entre  100  y  200  en  diferentes direcciones.   Los máximos espesores, comprobados en los Rincones de Chipauquil y Pajalta, varían entre 200 y 250 metros.

4 Facies hipabisal

Los  componentes  hipabisales  del  Complejo  consisten principalmente  en  diques  riolíticos  y  riodacíticos emplazados en los mantos efusivos dacíticos y riolítico-riodacíticos inferiores.  Al sur y sudoeste de Valcheta se destacan, por sus colores rosados o rojizos, sobre el fondo oscuro de los bancos dacíticos.  Al este y norte de Valcheta están alojados en el basamento metamórfico de grado bajo.

Son rocas porfíricas con fenocristales de alrededor de  5  mm  de  diámetro compuestos por cuarzo,  ortosa  (o sanidina)   y   oligoclasa;   ejemplos   aislados   pueden presentar  fanocristales  de  hasta  un  centímetro.   Hay variedades felsíticas, menos abundantes.   Los minerales oscuros,  biotita  principalmente,  son  muy  escasos;  hay variedades  riodacíticas  portadoras  de  hornblenda.   El espesor de los diques es de 4 a 6 m; ocasionalmente se encuentran cuerpos de formas globosas, emplazados en el basamanto. Entre los mantos ignimbríticos,  o tobáceos,  puedan aparecer  también  intrusionys  concordantes,  de  tipo lacolítico, según se observa, por ejemplo, entre bancos da  tabas  aflorantes  poco al  norte  del  Rincón  de Chipauquil.

Edad

Wichmann  (1919,  1927  a)  estimó  una  edad  triásica los pórfidos cuarcíferos del norte de la Patagonia. Feruglio (1949), al considerarlos integrantes de la serie porfírica de la Patagonia extraandina, los situó en el Jurásico,  opinión  mantenida  por  autores  posteriores. Poco al oeste de Aguada Cecilio, Núñez (1975)  descubrió restos  de  plantas  del  orden  Bennenitales,  géneros Otozamites, Dictyozamites y Ptilophyllum (estudiados por Menéndez)  y  fragmentos  de  Estheria.    Este  hallazgo permitió  referir  los  bancos  portadores  (areniscas  y areniscas tobáceas intercaladas en ignimbritas)  y rocas asociadas de este sector del Complejo Marifil al Jurásico inferior a medio. Núñez (1975)  menciona además una  datación  K/Ar  de 175+10 Ma para una dacita de Valcheta, a la que pueden agregarse edades de 160 a 192 Ma obtenidas al sudeste de dicha localidad (Núñez et al., 1975), y una dataci6n de 153+10  Ma  registrada  por  Lizuaín  (1983)  en  el  cerro Chenque, al sudoeste de las salinas del Gualicho.  Estas edades  isotópicas  confirman  la  antigüedad  indicada  por los restos fósiles.

 

 

UNIDADES PATAGONIDICAS  DE LA COMARCA NORDPATAGONICA