Las cuencas del Salado y del Colorado pertenecen a aquella extensa orla de
cuencas marginales que como engolfamientos aulacogénicos
intersectan transversalmente el borde continental atlántico
de Sudamérica. El origen de estos importantes
depocentros cretácico - terciarios está vinculado a procesos
de fracturación extensional que tuvieron lugar sobre
primitivas zonas de debilidad (fracturas basame ntales
transcurrentes y/o viejas zonas de sutura de preexistentes
sistemas arco-fosa precámbricos - paleozoicos) rejuvenecidos
durante la apertura del Atlántico Sur en el Mesozoico
tardío (Yrigoyen, 1975; Stoakes et al., 1991).
Aquellas
zonas de debilidad constituyeron focos de puntos triples
donde se concentró el mecanismo de apertura inicial del
primitivo continente de Gondwana. A medida que continuó
la deriva continental y cuando la separación de las
placas tomó un dominante rumbo meridiano, algunos puntos
triples, así como sus ramas occidentales tierra adentro,
se fueron desactivando. Estos brazos abortados y los abandonados
centros de expansión se transformaron entonces
en áreas de subsidencia con su eje orientado
transversalmente al margen del pull-apart continental
(Burke, 1976).
El cuadro anterior es en un todo aplicable a una amplia
región del borde sudamericano, especialmente para la que
va desde el alto de Cabo Polonio, en Uruguay, hasta la boca
del río Negro, en el sur de la provincia de Buenos Aires.Como se aprecia en la fFigura , (mayormente basada en
Urien et al., 1981) los elementos estructurales principales
delimitan una serie de cuencas sedimentarias que pueden
sintetizarse así: entre el arco de Polonio hasta el arco de
Torres, se extiende hacia el NE la cuenca de Pelotas; entre
el alto de Polonio y el alto de Martín García, la cuenca de
Punta del Este, también llamada cuenca del Plata Oriental;
entre el alto de Martín García y el alto de Tandil (y su
extensión en la plataforma Mogotes), la cuenca del Salado
y siguiendo hacia el suroeste, entre el positivo de las
sierras bonaerenses (Yrigoyen, 1975) y el Macizo Nordpatagónico,
la cuenca del Colorado.
Por último se completa
este cuadro regional con la relativamente aislada cuenca
de Santa Lucía, entallada íntegramente en el cratón de
Rivera, segmento uruguayo del escudo brasileño. Todas
las cuencas presentan fuertes similitudes en su desarrollo
tectónico y deposicional, lo que permite su tratamiento
descriptivo conjunto.
Estas cuencas aulacogénicas, como la mayoría de las
cuencas de tipo rift, pueden caracterizarse por una evolución
tectónica y sedimentaria desarrollada cronológicamente en
tres etapas distintivas: una fase prerift, una fase de rift y una
fase de cuenca interior, tal como postulara Harding (1984).
Cada una de estas fases ostenta geometrías, estilos estructurales
y sucesiones estratigráficas individuales, las que son
seguidas por una fase final de relleno de margen pasivo,
cuando al finalizar la tectónica de rift, el nuevo borde continental
del recién abierto Atlántico Sur es sepultado gradualmente
por múltiples secuencias traslapantes derivadas del
vecino hinterland.
ESTADIO PREFOSA (PRERIFT PHASE)
Se agrupan aquí las rocas que constituyen el basamento
sobre el que están desarrolladas las cuencas deposicionales
que tratamos. Estos terrenos se los reconoce aflorando en los
bordes de las mismas, incluyéndose aquí los afloramientos
precámbricos y paleozoicos de Ventania y Tandilia, del
nordeste del Macizo Nordpatagónico, así como del escudo
brasileño (Cratón de Rivera) en el suroeste uruguayo y aun en
el pequeño asomo de la isla Martín García, dentro del estuario
del río de la Plata. En líneas generales están compuestos por
metasedimentos de bajo grado, incluyendo cuarcitas y argilitas
en contacto tectónico con brechas, esquistos y gneises con
intrusiones granitoideas.
Costa afuera estos terrenos antiguos han sido alcanzados
por las perforaciones profundas realizadas sobre el alto de
Martín García, en la porción externa de la cuenca del Salado
así como en la cuenca del Colorado donde algunos pozos
fueron completados en granito o en sedimentos neopaleozoicos.
Tal es el caso del sondeo YPF. Puelche x-1, que por
debajo de capas rojas neocomianas atravesó 1140 m de lutitas
negras y 483 m de diamictitas, al parecer correspondientes a
depósitos lagunares intracratónicos de edad pérmica. Las
perforaciones marinas de la cuenca de Punta del Este no
llegaron a alcanzar estos terrenos prerift, los que, por otro
lado, fueron atravesados parcialmente en algunos pozos de la
cuenca de Santa Lucía.
ESTADIO DE FOSA (RIFT PHASE)
Como se bosqueja en el esquema estratigráfico , luego de un largo período de erosión, mediante fuerte
discordancia angular se depositaron en todas las cuencas
sedimentos correspondientes al estadio de fosa, los que en
las cuencas del Salado, Punta del Este y Santa Lucía suelen
iniciarse con las volcanitas suprajurásicas - eocretácicas del
Grupo Serra Geral.
Este episodio volcánico ha sido sincrónico
con los primeros procesos tensionales de la deriva
continental que provocaron fracturas profundas que alcanzaron
las cámaras magmáticas de la tectonósfera permitiendo
la efusión de lavas basálticas tholeíticas e ignimbritas.
Continúa una segunda secuencia de depósitos continentales
red beds con tendencia grano-decreciente constituida por
conglomerados, areniscas y fangolitas pardo-rojizas que rellenan los graben subsidentes.
Los espesores de la secuencia
del rift son bastante variables debido a escalonamientos
del fondo y a la discordancia de su techo, pudiendo superar
los 3500 m en el depocentro del Salado, quizá mucho
menores en la cuenca del Colorado (+395 m en pozo Ranquel
x-1 según Lesta et al., 1979), y aproximadamente unos 1500
m en la cuenca de Punta del Este. Los depósitos del estadio
de fosa son conocidos como Formación Río Salado en la
cuenca homónima y como Formación Fortín en la del
Colorado, ambas asignadas al Cretácico temprano pero
pudiendo llegar su techo al Turoniano. Todo el estadio de
fosa se caracterizó por una fuerte convección térmica en la
litósfera.
ESTADIO DE RELLENO DE CUENCA
(SAG BASIN PHASE)
Al cesar el aporte calórico, la litósfera enfriada y
fracturada entró en paulatina subsidencia enmarcada
dentro de fosas limitadas por zonas de fallas
gravitacionales reactivadas por el diastrofismo
intersenoniano. Esto dio lugar a la iniciación del relleno
de cuenca subsidente con la individualización de
dos litofacies características. La primera de ellas, con
neto carácter de red beds, constituye las sincrónicas
Formaciones General Belgrano en la cuenca del Salado,
y Colorado, en la cuenca homónima.
Si bien sus
espesores varían de acuerdo a su posición dentro de
cada depocentro, los valores máximos registrados son
886 m en el Salado (pozo Las Chilcas x-1) y 1925 m en
el Colorado (pozo Ranquel x-1), en donde muestra en
su sección superior una intercalación parcialmente
marina con microfauna. En ambos casos estos depósitos
mayormente continentales se asientan sobre los
sedimentos del estadio de fosa con discordancia angular
bien marcada en las secciones sísmicas aunque no
tan evidente en la diferenciación litológica de muestras
de pozos constituida
por sedimentos deltaicos y transicionales de alcance
regional que tuvo lugar en el Maastrichtiano - Daniano,
certificado por su elevado contenido micro y
macropaleontológico diagnóstico. Se trata de limolitas
grises verdosas y arcilitas varicolores, con areniscas, yeso
y anhidrita subordinadas. El espesor máximo conocido es
de 1190 m para la Formación Las Chilcas en la cuenca del
Salado (pozo Signal Los Cardos x-1), en tanto que en la
cuenca del Colorado, la homóloga Formación Pedro Luro
sólo ha demostrado un máximo de 288 m en el pozo
Ballena x-1, llegando a estar ausente en otros sondeos
vecinos más cercanos a la costa.
El contacto entre Formaciones
Colorado y Pedro Luro corresponde a una discordancia
erosiva regional.
La edad de los depósitos de relleno de cuenca es cretácica
tardía en su sección continental y maastrichtiana - daniana en
su sección marina.
A diferencia de las otras cuencas marginales atlánticas,
en la porción media de la cuenca del Colorado los pozos
YPF. Ranquel y Puelche han puesto de manifiesto la presencia
de un episodio efusivo localizado que se denomina
Formación Ranquel. Se trata de tobas y coladas basálticas
que se expanden sobre la Formación Pedro Luro, alcanzando
espesores sumados entre 340 y 380 metros.
Dataciones
radimétricas del INGEIS sobre un testigo corona del basalto
Ranquel han certificado una edad de 66 ± 3 Ma (Lesta et al.,
1979), edad paleocena que coincide por su posición y
relaciones estratigráficas con la geocronología de las unidades
supra e infrayacentes. Es de destacar que dentro del
espesor basáltico, amígdalas, diaclasas y microfracturas,
rellenas por carbonato y sílice amorfa, encierran gran cantidad
de microfósiles, y hasta llegan a constituir intercalaciones
de caliza fosilífera. A este interesante fenómeno caben
dos interpretaciones: efusiones subácueas relativamente
frías que englobaron fragmentos de fangos calcáreos
fosilíferos, o bien efusión, diaclasamiento y posterior precipitación
de carbonato y sílice que incluyó la biocenosis de
la fauna del mar transgresivo que sucede al basalto en el
Eoceno (Menzel, 1977).
ESTADIO DE MARGEN PASIVO
Completa la colmatación de las cuencas marginales una
serie de secuencias tanto continentales como marinas, de
disposición transgresiva - regresiva, que constituyen los
depósitos característicos de un margen pasivo correspondiente
a la continua expansión del fondo atlántico, que abarca todo
el Cenozoico y continúa en nuestros días.
Por sobre las unidades marinas de la transgresión
larámica tierra adentro siguen depósitos transicionales y
luego capas rojas continentales de carácter regresivo. Aéstos se los conoce como Formaciones Olivos - Los Cardos
en la cuenca del Salado, y Formaciones Elvira - Ombuctá,
en la cuenca del Colorado, conjuntos que alcanzan hasta
unos 800 m de potencia y que hacia el naciente pasan
transicionalmente a depósitos deltaicos y marinos, los que
se hacen totalmente dominantes ya antes de alcanzar el talud
continental (Figura 3).
El análisis de las secciones sísmicas costa afuera permite
reconocer un ordenamiento que se inicia con depósitos
eocenos de plataforma proximal y que progresivamente
hacia arriba cambian a facies deltaicas hasta pasar a depósitos
de planicie aluvial, en el Oligoceno cuspidal. En el
Mioceno temprano a medio se produce otro gran avance
marino que, como el anterior maastrichtiano-paleoceno,s.


|







|