MAGMATISMO ANDICO DE LA COMARCA NORDPATAGONICA
LA FAJA ALCALINA BÁSICA SUBVOLCÁNICA
Concomitante con la evolución del arco volcánico
paleógeno en el oeste, se desarrolló en el ambiente de
intraplaca un magmatismo subvolcánico básico alcalino,
con lavas asociadas, en una extensa faja de la Patagonia
central, desde Ingeniero Jacobacci hacia el sur, en
Lipetrén, Gan Gan, Bajada Moreno, Bajada del Diablo
y El Sombrero.
Constituye cuerpos de composición
gábrica a sienítica, integrantes de las Formaciones
Cerro Cortado, El Buitre y El Canquel, intruidos comúnmente
en sedimentos psamo-pelíticos senonianos.
Su emplazamiento, producido en niveles corticales muy
altos, estaría vinculado a procesos extensionales. Las
primeras manifestaciones del magmatismo ocurrieron
en el Paleoceno tardío, pero el pico de actividad se
produjo en el Eoceno inferior, perdurando hasta el Eoceno
medio, con edades comprendidas entre 58 ± 2 y 40 ± 5
Ma (Nullo, 1978; Coira, 1979; Coira et al., 1985; Lema
y Cortés, 1987; Ardolino y Franchi, 1993; Ardolino et
al., 1995; Remesal et al., 1999).
Rocas equivalentes
afloran también en el norte y oeste de El Cain (Remesal
et al., 1999).
Rocas de la serie teschenita-sienita, equivalentes a las de
las Formaciones Cerro Cortado, El Buitre y El Canquel, se
emplazaron en la zona de Sarmiento (Mórtola, 1923; Ferello,
1969; Viviers, 1970; Villar y Pezzutti, 1976; Pezzutti y Villar,
1978; Bitschene et al., 1991), con edades de 17 ± 2 y 24 ± 10
Ma (Linares y González, 1990).
En el flanco sur de la cuenca
del Golfo, en las cercanías de Las Heras, cuerpos semejantes,
constituidos por intrusivos subvolcánicos alcalinos, tienen
edad eocena a pre patagoniana (Vietto y Bitschene, 1994;
Chelotti et al., 1996).
Por otra parte, fuera de este ámbito, en
la zona de Huantraico se reconocieron rocas tescheníticas
eocenas integrantes de la Formación Cerro Tormenta (Ramos,
1981a).
MESETA DE SOMON CURA
En el Macizo Nordpatagónico, entre los diversos episodios
basálticos tipo plateau, el de mayor extensión, más
de 25.000 km², originó la meseta de Somún Curá, integrada por los basaltos olivínicos de la Formación
Somún Curá (Ardolino, 1981; Ardolino y Franchi, 1993) y cuyo emplazamiento fue atribuido a una inestabilidad
térmica local del manto (Mahlburg Kay et al., 1992, 1993a).
Estudios estratigráficos, morfológicos y petrológicos referidos a la meseta fueron realizados por Mahlburg Kay, et
al. (1993a), Ardolino y Franchi (1993) y Remesal et al.
(1996), en tanto que el reciente mapeo de la comarca
posibilitó precisar la extensión de la Formación Somún Curá (Franchi et al., 1998; Busteros et al., 1998; Caminos,
1999; Remesal et al., 1999; Cucchi et al., 1999).
Aunque
las edades disponibles abarcan un amplio rango temporal,
las efusiones se desarrollaron principalmente en el
Oligoceno, a partir de los 33 Ma (Ardolino y Franchi,
1993). Ardolino (1981) propone dos picos de efusividad,
uno entre los 33 y 31 Ma y otro entre los 27 y 25 Ma. Este último coincide con el determinado por Remesal (1988) y Orgeira y Remesal (1993) entre 26 y 27 Ma.
Unidades volcánicas correlacionables con la Formación
Somún Curá se hallan en la meseta de Coli Toro (Getino,
1995); en Ingeniero Jacobacci (Coira et al., 1985), con edades
de 34±1 Ma a 28±2 Ma; y en el centro norte del Chubut, donde
se definieron el Basalto Sierra Rosada (Proserpio, 1987) y la
Formación Puesto Muñoz (Pesce, 1979).
Estas dos últimas
tienen edades de 31 ± 3 Ma y representarían la culminación
austral de los basaltos de Somún Curá.
En el ámbito del plateau basáltico, durante el Oligoceno
y el Mioceno se generaron grandes centros eruptivos
bimodales de composición alcalina.
Paralelamente, eventos locales
basálticos de tipo más explosivo que los de la Formación
Somún Curá se desarrollaron en vastos sectores de la meseta,
desde la Alta Sierra hacia el oeste, derivados de fuentes
de lava y erupciones estrombolianas.
Fueron agrupados
como Volcanitas Corona Chico (Franchi et al., 1998;
Remesal et al., 1999) y su edad referida al lapso oligoceno
- plioceno.
Escasas efusiones pliocenas están documentadas en la
región, cuyos productos se integraron al cuerpo de la meseta.
Los basaltos del cerro Trayén Niyeu abarcan el
extremo noroccidental de la meseta (Remesal et al., 1999).
Fueron datados en la laguna El Pito en 2 ± 0.15 Ma (Cortelezzi
y Dirac, 1969).
Diques anulares en las cercanías de Telsen
tienen datación de 3 ± 2 Ma (Ylláñez y Lema, 1979) y la
caldera del Bajo Hondo fue asignada al Plioceno por sus
caracteres morfológicos (Ardolino y Delpino, 1986).

MESETA DE CARI LAUFQUEN-COLI TORO
Nuevos plateau basálticos se originaron en el sector
noroccidental del Macizo Nordpatagónico a partir del
límite oligoceno-mioceno.
El basalto de la meseta de Cari
Laufquen está integrado por numerosas coladas apiladas
de basaltos olivínicos que, en conjunto, pueden llegar a
espesores de hasta 200 metros.
Dataciones de 24 y 20 Ma
atestiguan la edad de este evento (Coira, 1979; Coira et al.,
1985). La sucesión lávica yace sobre depósitos
volcaniclásticos de edad deseadense a más antigua, hasta
casamayorense.
La estratigrafía del Terciario volcánico de la meseta de
Coli Toro, al naciente de la anterior, es básicamente similar.
Sobre depósitos volcaniclásticos deseadenses se derramaron
las coladas básicas olivínicas del Basalto Mesaniyeu,
unidad referida al Mioceno medio a alto, aunque
correlacionable con el basalto de la meseta de Cari Laufquen.
La actividad magmática continuó hasta el Plioceno con la
efusión del Basalto Pereyra (Getino, 1995).
CENTRO VOLCANICOS ALCALINOS DE LA MESETA DE SOMON CURA
En forma parcialmente coetánea con las efusiones básicas
de la Formación Somún Curá, en el interior del plateau, se
desarrolló un volcanismo con afinidades netamente alcalinas
localizado en grandes estructuras volcánicas (sierras de Apas,
Negra de Telsen, Chauchaiñeu, Chacays, Talagapa, Alta
Sierra y Agua de la Piedra).
Este volcanismo involucra facies lávicas y piroclásticas
de composiciones desde riolíticas hasta basálticas, con predominio
de términos traquíticos. Constituyen asociaciones
efusivas complejas con historias evolutivas comparables y
edades oligoceno-miocenas.
Estos centros han sido objeto de
diferentes contribuciones (Corbella 1973a, 1974; Remesal,
1984; Remesal y Parica, 1987, 1989) en especial las sierras de
Telsen y Chacays fueron caracterizadas como complejos
efusivos por Corbella (1982b, 1983, 1985, 1987a, 1989a) y
Corbella y Aurisicchio (1993) y recientemente se describieron
con la misma categoría los centros de Talagapa, Agua de
Piedra y Barril Niyeu (Remesal et al, 1999).
Los complejos volcánicos principalmente miocenos fueron
agrupados en la Superunidad Quiñelaf según la propuesta
de Franchi et al.(1998).
De esta forma se unifica la nomenclatura
adoptada para distintos sectores, eliminando la categoría
de formación para la caracterización de las diferentes
litologías (Nuñez et al., 1975; Ardolino 1981; Ardolino y
Franchi, 1993; Yllañez y Lema, 1989).
Si bien las dataciones de las volcanitas de estos centros
abarcan un lapso de 15 millones de años (37± 2Ma hasta 11±
2Ma) en general las lavas mesosilícicas son oligocenas
(Ardolino, 1981; Franchi y Sepúlveda, 1983) en tanto que las
lavas básicas y los cuerpos subvolcánicos son miocenos con
edades de 23 ±2 a 15 ±1Ma (Ardolino, 1981).
Los datos de efusiones traquíticas más jóvenes fueron
obtenidos en la sierra Negra de Telsen y en la sierra de los
Chacays, con dataciones de 22± 2, 19,3± 3 y 18 ± 2 Ma
(Yllañez y Lema, 1979; Barbieri y Corbella, 1987) y lasúltimas manifestaciones se produjeron hacia el Mioceno
medio, con la intrusión de cuerpos subvolcánicos traquíticos
de 12± 1Ma y 11± 2 Ma, en la Alta Sierra de Somún Curá
(Ardolino y Franchi, 1993)
BASALTO MIRADOR
En el sudoeste del Macizo Nordpatagónico, la Formación
El Mirador (Petersen, 1946; Volkheimer, 1964) constituye
un evento volcánico complejo, compuesto por lavas,
cuerpos subvolcánicos y depósitos piroclásticos y
volcaniclásticos de composición andesítica a basáltica, que alcanza 600 m de espesor al este de Colan Conhué.
Fue
asignado al Mioceno superior, debido a su relación de
suprayacencia con la Formación Collón Cura. Los afloramientos
se encuentran en la región de las sierras de
Huanacache, Taquetrén y Cutancunué, río Chubut medio,
Gualjaina y más al sur, en Tecka y Languiñeo (Volkheimer y
Lage, 1981; Lage, 1982; Turner, 1982, 1983).
SIERRA PIRÉ MAHUIDA
En la región transicional entre el Macizo de Somún Curá
y el área cordillerana del Chubut se desarrolló un volcanismo
bimodal, principalmente ácido y con efusiones básicas más
jóvenes, estudiado originalmente por Croce (1950).
Este
volcanismo, emplazado en un ambiente extensional de
retroarco, constituye el Complejo Volcánico Pire Mahuida
(Salani, 1990; Salani y Page, 1987, 1989). Una riolita de la
asociación fue datada en 18±1 Ma (Salani y Parica, 1990) y
un basalto en 17±1 Ma (Salani et al., 1994).
Es una secuencia
lávico-piroclástica que comienza con ignimbritas riolíticas
del área septentrional de Rucu Luán y domos riolíticos y
andesíticos (Salani, 1996) que afloran en el sector centro y
occidental de la sierra Pire Mahuida. Los grandes volúmenes
de lavas ácidas que caracterizan este complejo constituyen el
núcleo de la sierra y son cubiertos por flujos basálticos que
forman una meseta central.
Un nuevo pulso de efusivas
básicas vinculado a pequeños aparatos lávico - piroclásticos
(Salani, 1994), también del Mioceno, aparece en los sectores
central y norte de la sierra, donde cubre los depósitos
piroclásticos de Rucu Luán. Al sur de la sierra afloran rocas
básicas asignadas al Plioceno tardío-Pleistoceno.
Durante el Mioceno temprano se produjeron numerosas
manifestaciones volcánicas en el Macizo Nordpatagónico
noroccidental.
Una de ellas se produjo en la región situada entre el río
Limay y Comallo, donde coladas de basaltos olivínicos
fueron reunidas en la Formación Cerro Petiso, de casi 200 m
de espesor en la localidad tipo.
El volcanismo se desarrolló
sobre rocas del basamento precámbrico - paleozoico y fue
previo a los depósitos del volcanismo fragmentario del
Mioceno medio. Una datación radimétrica de los basaltos dio
21 Ma (Rolleri et al., 1976; Nullo, 1979).

SIERRA DE QUEUPU NIYEU
Está constituida por un complejo
volcánico alcalino de principios del Mioceno (edades
radimétricas de 21 ± 1 y 19 ± 1 Ma), vinculado a grandes
fracturas gravitacionales. Situada en la región norcentral del
macizo, al norte de Los Menucos, tiene 70 km de largo en
dirección norte - sur.
Tiene relaciones estratigráficas de
engranaje lateral con depósitos de la Formación Chichinales
(Cuchi et al., 1999). Las volcanitas que la componen son
basanitas y basaltos olivínicos alcalinos. En menor proporción
hay nefelinitas y analcimitas y cuerpos más diferenciados
de lacitas y tinguaítas (Corbella, 1975, 1982c, 1987b,
1989b; Corbella y Barbieri, 1989; Gelós y Labudía, 1981;
Labudía et al., 1986).
Importantes campos basálticos situados en la región central
del macizo carecen de información detallada. Se habrían
originado en el Mioceno, tomando como base aspectos
estratigráficos y morfológicos. Corresponden a los basaltos de
la meseta de El Cuy, que cubren a depósitos de la Formación
Chichinales (Bjerg et al., 1997) y a los de los cerros Pillahuincó
Grande y Mulliar. En el cerro Ventana, en las cercanías de
Gastre, un basalto tiene 7 ± 2 Ma (Linares y González, 1990).
El magmatismo continuó en el borde occidental del
Macizo Nordpatagónico hasta fines del Neógeno. Se produjeron
en esa región numerosas efusiones de basaltos olivínicos,
dispuestos en una faja submeridiana, desde la zona de Paso
Flores hacia el sur, en Pilcaniyeu, Comallo, Ingeniero Jacobacci y Río Chico (González Bonorino, 1944; Rabassa,
1974; Ravazzoli y Sesana, 1977; Nullo, 1979; Coira et al.,
1985).
Fueron agrupados como Basalto Chenqueniyeu y
Formación Campana. Se trata de coladas de hasta 25 m de
espesor, a veces encauzadas, cuya edad fue asignada, generalmente,
por criterios morfológicos. Cubren a unidades diversas,
entre ellas a depósitos volcaniclásticos y epiclásticos
del Mioceno medio y tardío.
En Comallo tienen 3 Ma (Rabassa,
1974). Un volcanismo plioceno se encuentra expresado al
oeste de la sierra de Queupuniyeu, en el cerro Piche, por una
nefelinita de 3 ± 2 Ma (Corbella y Linares, 1978). Se han
asignado al Plioceno los basaltos del cerro Pillahuincó Chico,
el Basalto Pereyra de la región de Coli Toro (Getino, 1995) y
las efusiones basálticas del sur de la sierra de Pire Mahuida
(Salani, 1990). El Basalto Rumay, de la zona de Lipetrén,
podría ser del Plioceno o más joven (Nullo, 1978).

PALEOCENO - EOCENO (60 - 42 Ma)
En este período, las primeras manifestaciones correspondientes
a un arco volcánico se dan en la denominada faja
externa extraandina de la serie andesítica, o faja de Pilcaniyeu,
que se extiende de norte a sur desde el lago Lolog en Neuquén
hasta el río Chubut medio. Composicionalmente
corresponden a un volcanismo bimodal calcoalcalino con
predominio de facies ignimbríticas. Los basaltos y las andesitas
se encuentran en menor proporción. Las dataciones obtenidas
abarcan un amplio período que va desde los 60 a los 42 Ma.
Con este volcanismo se han vinculado los extensos
depósitos piroclásticos que constituyen las Formaciones
Casamayor y Musters del Grupo Sarmiento, aflorantes en la
costa del golfo San Jorge, en los alrededores de los lagos
Musters y Colhué Huapi, en la meseta de Canquel y al sur de
Ingeniero Jacobacci. |